Marcelo Ebrard, anterior secretario de Relaciones Exteriores, presentó su renuncia para contender a la carrera presidencial; “soy el primero que me registro, fui el primero que me separé del cargo y soy el primero en las encuestas”. También, hizo muestra de sus amuletos con los cuáles acompañó a López Obrador a la presidencia. Un aire quejumbroso se escucha en sus ganas de ser presidente: “Yo soy el hijo mayor, yo llegué primero, yo merezco ser el favorito”.
Ante la renuncia del Canciller, la jefa de Gobierno capitalino se vio amedrentada. Durante un evento del Consejo de Morena, Sheinbaum reclamó a Durazo el recibimiento que le dio la porra de Ebrard y Monreal pidiendo “piso parejo”. La jefa de Gobierno quiere participar, pero no se aguanta. El juego político no es un juego limpio. Sheinbaum estaba muy cómoda desde el regazo y cobijo del presidente, nada más salió tantito y nos hace ver que no tiene carácter ni cualidad política para ser la titular del Ejecutivo.
Durante su discurso de cierre de gobierno, organizado a las prisas, bajo el sol y con acarreados, Sheinbaum afirmó que ganaría la presidencia porque México se escribe con “M de madre y M de mujer”. Sí estoy de acuerdo, pero México no se escribe con la misma M con la que termina Sheinbaum: M de mediocre y M de minusculamente capaz para dirigir este país. Sheinbaum es una niña que afirma ser una mujer luchando contra el machismo, pero ella solo ha crecido bajo la sombra de un hombre. De lo contrario, Claudia ¿qué? ¿Cheetos?
Monreal dejó su lugar en el Senado que ahora es ocupado por Eduardo Ramírez. Este personaje no tiene el interés de igualar la capacidad negociadora de su predecesor, dejó claro que su mira está en la gubernatura de Chiapas. También, Manuel Velasco y Fernández Noroña solicitaron licencia a sus cargos para participar en la contienda interna de Morena para elegir a la corcholata presidencial. ¡Ah! Que no se nos olvide el extraño autodestape de Yeidckol Polevnsky diciendo que es su derecho contender por su historia en el Partido y porque hay mucha testosterona en la carrera presidencial, por lo que se requieren más mujeres.
AMLO ha estado muy callado; “¡qué gane el más popular! ¡qué gane quien elija el pueblo!”. Él ya va de salida, pero ¿qué está dejando atrás? Un México donde los políticos juegan a la democracia para obtener un hueso, no es algo que los mexicanos no hayamos escuchado… ¡ah caray! ¿Esta era la transformación que esperaba México? ¿Que las costumbres políticas mexicanas dejarán de ser tricolor, azul y verde para ser guindas?