Personaje de la semana: del 27 de enero al 3 de febrero.
El presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados se vio envuelto en una polémica y enfrentamiento con el grupo parlamentario de Morena y PT, tras la apertura del periodo ordinario de sesiones. Todo esto después de que Santiago Creel impidiera la entrada de una escolta armada del Ejército al Pleno para rendir honores a la bandera y entonar el himno nacional. Santiago Creel fundamentó con base en el Reglamento de la Cámara de Diputados la prohibición de toda persona armada en el Recinto legislativo (entiéndase como el conjunto arquitectónico que alberga a la Cámara, incluyendo Salón de sesiones, edificios de oficinas, patios, jardines, estacionamientos y demás bienes nacionales destinados para el funcionamiento de la Cámara).
Desafortunadamente, aunque el panista intentó justificar el veto a la escolta armada, su interpretación del Reglamento y de la Ley es pobre. Pues por un lado sí permitió la entrada al Recinto legislativo del Ejército mexicano – armados con sus fusiles de cargo -; pero por el otro, no les permitió la entrada al Salón de sesiones; esto es una contradicción. Santiago Creel posteriormente en entrevistas vendió la idea de que no estaba permitido la entrada de personas armadas al salón de sesiones y que simplemente hizo valer la ley. Aunado a lo anterior, también mencionó que la peculiar forma de llevar a cabo los honores a la bandera también fue coordinada con la SEDENA. De ser esto cierto, no solo tenemos que el error de interpretación jurídica se originó en la Mesa Directiva, ahora también resultarían incompetentes los militares que acompañaron la ceremonia.
Consecuencia de todo ello – también quizás estrategia premeditada de Morena y PT – es que el diputado Fernández Noroña (PT) solicitó a su grupo parlamentario escalar el desaseo procesal e intentar remover a Creel de la presidencia del Congreso. Probablemente Santiago nunca se imaginó las consecuencias que podría llegar a tener su ignorancia jurídica en el tema o su jugada política para posicionarse en los medios. Ahora deberá terminar el año legislativo presidiendo un cargo por el que ha sido cuestionado por su competencia.