“No tengo duda que usted actúa como Juez de consigna” inicia la carta que manda el presidente López Obrador al juez Martín Adolfo Santos Pérez, titular del Juzgado Octavo de Distrito en materia Administrativa, quién ordenó al mandatario se abstenga de realizar manifestaciones con malicia efectiva en contra de Xóchilt Gálvez Ruiz. Se trata de una vil amenaza que hace el titular del Ejecutivo a un operador jurídico parte del Poder Judicial.
Se trata de un pulso autoritario que poco hace por esconder su malicia. En términos simples, estamos observando como el presidente de México, mediante el uso del poder estatal y en su medio favorito de comunicación (la mañanera), ataca a un juez y a la aspirante presidencial más fuerte de la oposición. ¿Dónde quedó la sana distancia política? todo se trata de revanchismos. Seguramente el presidente cree que atacando a Xóchitl y al poder judicial el movimiento que encabeza se fortalecerá y puede que sea cierto, pero no es positivo.
Recientemente se publicó el informe Latinobarómetro 2023. Se trata de un estudio que intenta tomar una fotografía de lo que piensan las sociedades latinoamericanas sobre sus sistemas políticos. Destacó, pero no sorprende, que la sociedad mexicana cada vez esté más en favor de un modelo autoritario de gobierno; de 2020 a 2023, el apoyo a este tipo de gobierno pasó de un 20% a un 33%. En otras palabras, 1 de cada 3 mexicanos estaría de acuerdo con un modelo autoritario.
Por lo anterior, no debe sorprendernos que no cause alarma cuando el presidente de la República apunte con su rifle político y fusile ante la opinión pública a un juez, a la oposición y un empresario. En este mismo sentido, en la medida en la que un modelo autoritario cobra fuerza y confianza en la ciudadanía también se pierde la ilusión en el sistema democrático. En el mismo periodo, de 2020 a 2023, sólo 1 de cada 3 mexicanos expresó confianza en el sistema democrático.
No solo AMLO es el culpable en esta ecuación, también la oposición carga responsabilidad. Si no hubiera sido por la guerra contra el narco, la estafa maestra, incluso el cambio que se robó Fox, hoy no estaríamos discutiendo estos temas. La oposición es causa y efecto de que la mayoría popular esté en favor de modelos autoritarios de ejercer el poder político. Lo cierto es que solo otro AMLO podría contrarrestar al propio AMLO. Quizás eso lo sabe el presidente de la República y por eso intenta golpear cada vez que puede a Xóchitl Gálvez.
Por eso, yo “no tengo duda que el presidente actúa como rey de consigna”.