Pedro Castillo, en un intento por consolidar su poder político, perdió su posición como Ejecutivo del Perú. El 7 de diciembre, Castillo anunció un golpe de Estado en el que disolvería el Congreso e instauraría un gobierno de excepción para dar paso a una nueva democracia. No obstante, ministros, población y fuerzas armadas ignoraron el llamado del exmandatario y lo condujeron a su arresto.
La presidencia y la cancillería mexicana afirmaron que México estaría dispuesto a darle asilo a Castillo siempre y cuando él lo solicite. Este evento internacional abrió un debate: ¿podría replicarse este suceso en México si AMLO emitiera un golpe de Estado?
Mi respuesta es negativa por dos razones: la personalidad de Obrador y su oficio político. Por un lado, AMLO posee un carácter que le ha hecho ganar el apoyo mexicano, Castillo nunca pudo generar simpatía en la población peruana. Por otro lado, AMLO conoce a profundidad las instituciones mexicanas y eso le ha permitido operar en ellas y, hasta cierto punto, transformarlas e integrarlas a su Proyecto de Nación.