El caos se apropió del Senado en un cierre del periodo ordinario insólito. Tras una larga sesión en la Cámara de Diputados, que duró más de 24 horas –en la que aprobaron ocho reformas controversiales, muchas de ellas dispensando trámites en comisiones–, el Senado decidió no clausurar el periodo el miércoles sino extenderlo para aprobar las minutas enviadas desde la Cámara Baja.
La oposición, principalmente la bancada del PAN y el Grupo Plural, notaron que los morenistas tienen urgencia en aprobar las reformas antes de que concluya el periodo ordinario. Una de las reformas más importantes es la #3de3 en materia de violencia de género, la cual por tratarse de una reforma constitucional requiere de mayoría calificada. La oposición, al ver la premura de Morena de sacar adelante las reformas, aprovechó para negociar el nombramiento de al menos uno de los comisionados del INAI para mantener a su Pleno funcional. Ante estas inquietudes de la oposición, el senador Ricardo Monreal –presidente de la JUCOPO– expresó que había logrado un acuerdo con su bancada para hacer el nombramiento.
La sesión comenzó y la Jucopo presentó el Acuerdo para proponer a Ricardo Salgado como próximo comisionado del INAI. ¡Oh sorpresa!, se rechazó el nombramiento con 67 votos en contra. Si a esto le sumamos que el presidente de la Mesa Directiva, Alejandro Armenta Mier (MORENA), presentó el mismo día una iniciativa para eliminar el INAI y sustituirlo por la Secretaría de la Función Pública, es evidente que la bancada morenista quiere acabar con el INAI.
Ante el desdén de los morenistas por el INAI, la bancada del PAN tomó la tribuna, el senador Germán Martínez se hizo de la campana de la Mesa Directiva para protestar y se armó la algarabía. Ante semejante tianguis, al senador Armenta no le quedó más opción que terminar la sesión y convocar para el siguiente día.
Hasta este momento, la sesión del Senado aún no da inicio. Sin embargo, diversos periodistas que reportan a diario sobre lo que pasa en la Cámara Alta han manifestado que la bancada de Morena y sus aliados se encuentran encerrados en un salón privado, con los elevadores bloqueados y las puertas encadenadas con el objetivo de no dejar entrar a nadie de la oposición. Vaya forma de realizar la actividad parlamentaria, negando absolutamente el diálogo a quienes divergen de la opinión mayoritaria. Y entre tanto, quedan olvidados el derecho a la información pública y protección de datos personales de la ciudadanía mexicana.