“Yo confieso ante AMLO Todopoderoso, y ante ustedes mexicanos, que he comprado un humilde departamento de lujo en el exclusivo fraccionamiento de Bosque Real. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa… no sabía que cuesta 30 millones de pesos porque a mi me costó 9 millones, además, ya está medio chafa el depa. Y de veritas que no sabía que la anterior dueña es Alejandra Aguilar Solórzano, la que nos surte las balas en la Sedena. Por eso ruego a la Secretaría de la Función Pública, a Banjercito, a la SEDENA y a Andrés Manuel López Obrador que intercedan por mí ante México por los chismes de Mexicanos contra la Corrupción ¡Amén!”.
Así rezó el secretario de la Defensa Nacional de México, Luis Cresencio Sandoval, cuando fue señalado por la extraña compra del inmueble. El presidente lo puso al frente en su conferencia matutina para esclarecer todas las dudas sobre el tema, pero solo pudo contestar “yo no sabía” y “no estaba al tanto”.
Me parece que es muy difícil firmar un cheque y no saber a quién está destinado el pago cuando también el destinatario es la dueña de la empresa Protective Materials Technology SA de CV, que obtuvo en febrero del año pasado un contrato por más de 319 millones de pesos con la SEDENA.
Nada terminó de aclararse en la conferencia, en mi opinión, solo se buscó dar una apariencia de transparencia. Al parecer, AMLO ha encontrado una nueva forma de cantinfleo; “Di lo que sea, di que no sabes o que no te diste cuenta, pero hazte el inocente. Di lo que quieras, pero no digas nada”.