La época de fiestas decembrinas siempre implica un tiempo de cierre de ciclos, de nuevos propósitos y, también, de hacer lo posible por sacar el pavo navideño completito. El tiempo del presidente López Obrador termina y, en la mesa de la política mexicana, los candidatos presidenciales buscan suceder al Ejecutivo y sentarse en la cabecera.
En un lado de la mesa, tenemos a Claudia Sheinbaum batallando por llenar y cumplir con su liderazgo heredado. Hace unos días, la ex jefa de gobierno hizo una visita al Palacio Nacional y estuvo en un cónclave con el presidente. “Es una gran amiga y compañera”, se defendió el Ejecutivo cuando le acusaron de proselitismo. Nadie sabe el motivo de la reunión; puede que hayan hablado del partido, de Marcelo Ebrard, del Senado y la SCJN. Yo creo que fue un jalón de orejas porque la Dra. Sheinbaum no convence, no unifica. Aunque cuente con el apoyo confeccionado de Morena, caer bien tiene su chiste y más gracia tiene un chicle que Claudia.
Al otro lado del ring… ¡digo, mesa! Tenemos a Fuerza y Corazón por México con la cada vez más ruda y menos técnica, Xóchitl Gálvez. Su personalidad agradable y dicharachera se ha empezado a diluir en campañas agresivas en contra de Claudia Sheinbaum… y me atrevo a decir que también muerde a quien se le cruce. “¿A quién eligen? ¿A los fosfo fosfo del norte, a la gusana del Palacio Nacional o a la mera mera metatera Xóchitl?”, susurra su propaganda a los votantes. Disculpe, ex senadora, no quiera caer bien ofendiendo a los demás, es poco elegante y, a la fuerza, ni los zapatos entran. Siga mejor las recomendaciones del INE y apeguese, como lo hacía antes, a jugar limpio… dentro de lo que cabe, pues.
Y, en la colita de la mesa navideña, tenemos al regiomontano, Samuel García. El medio gobernador y medio candidato no puede salir a jugar porque su Congreso no acepta al gobernador interino y le pide al joven emecista que regrese a recoger su desorden. Samuel empezó su precandidatura declarando que arrancó a la vieja política de Nuevo León y que no cederá ante la oposición, pero ¿cómo espera ganar la carrera presidencial si no se ha sabido ganar al Congreso de su Estado? Sí, Samuel, eres muy nuevo, pero acuérdate que el Diablo sabe más por viejo que por diablo. La crisis en el Congreso nuevoleonés ha demostrado que Samuel aún está muy verde.
Y así está el ambiente en la cena navideña de la política mexicana, ya veremos como está para partir la rosca del Día de Reyes.