El espíritu de cooperación buscó hacerse presente en México durante la X Cumbre de Líderes de América del Norte. Los mandatarios de la región se reunieron para fortalecer Norteamérica y enfrentar problemas comunes. Los acuerdos de este ejercicio diplomático se consolidan en seis ejes.
- Integración y crecimiento económico: a propuesta de AMLO, se conformó el equipo de los 12 con el objetivo de apuntar a producir en Norteamérica el 25% de lo que se importa de Asia.
- Movilidad laboral: México ha recibido trabajadores digitales de EE.UU y Canadá, por lo que busca reciprocidad para que se respeten los derechos laborales de los connacionales en dichas naciones.
- Energías limpias: El presidente Obrador atenderá las quejas de las empresas canadienses y se destaca el Plan Sonora donde los tres países acordaron invertir en electromovilidad y energías limpias.
- Seguridad: Se buscará regular a los precursores de fentanilo en los tres países, así como continuar con los esfuerzos por evitar el tráfico de armas de EE.UU a México.
- Salud: Construir un plan de acción común contra la pandemia del Covid-19, influenza y otros retos de carácter sanitario.
- Protección a pueblos originarios y lucha contra el racismo: Pues… eso.
El Canciller, Marcelo Ebrard, informó que la Cumbre fue un éxito ya que evidenció una “visión común”. En efecto, a mi parecer, se evidenciaron los temas que a todos les preocupan, pero no se propusieron soluciones eficientes para problemas alarmantes.
En primer lugar, no me parece sabio enemistar el comercio con Asia, especialmente China, ya que es un mercado vasto que fortalece a México. En segundo lugar, los acuerdos de México en la Cumbre son aquellos que desde décadas pasadas se vienen solicitando. Finalmente, es bueno que haya un espíritu de protección a pueblos originarios y que se busque luchar contra el racismo, pero, una pregunta ¿cómo se hará eso?
Es positivo acordar los temas de trabajo, pero, en ocasiones, solo hace falta arremangarse la camisa y ponerse a chambear.