Entre maromas y berrinches, adiós a la militarización

En un avasallante triunfo, el Pleno de la Suprema Corte (SCJN) invalidó la reforma que integraba a la Guardia Nacional (GN) –de mando civil conforme a la Constitución– bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). La declaración de inconstitucionalidad se dio por el voto de ocho ministros contra tres. ¿Quiénes fueron los ministros que apoyaron el militarismo de AMLO? Ni más ni menos que las afines al régimen Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, y el controversial e inconsistente tiktokero Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.

De Esquivel y Ortiz no esperábamos menos, sus vínculos con Morena han sido divulgados desde que las propusieron en su terna y hasta se ha cuestionado si tienen algún tipo de conflicto de interés. El caso Zaldívar es más complejo. Es un gran jurista con criterios que trascenderán en la historia del derecho mexicano, como en el caso para legalizar la cannabis. Pero desde que Morena llegó al poder, sus decisiones se han vuelto cuestionables y pareciera que tiene más interés por su popularidad en redes sociales que por emitir criterios jurídicos bien fundados y motivados.

En una maroma digna de Nadia Comăneci, el ex presidente de la SCJN justificó la integración de la GN a la SEDENA con un razonamiento fofo: que aunque la GN esté bajo el mando de un general, esto no significa que el mando sea militar. Lo anterior, continúa Zaldívar, se debe a que tanto la Secretaría de Defensa como la Marina son secretarías de Estado civiles, ya que están bajo el mando de un civil que es el presidente de la República. Pero apartándonos de la militarización, el dilema constitucional principal es: ¿por qué si la Constitución dispone que la Guardia Nacional debe estar adscrita a la Secretaría de Seguridad, entonces se le puso bajo la operación directa de la Sedena, omitiendo el mandato constitucional? A esto no logra dar respuesta la maroma de Zaldívar.

Por último, la reacción de AMLO ha sido uno de los peores berrinches presidenciales. Primero comentó que de lograr la mayoría calificada en el Congreso de la Unión en la elección de 2024, aprovechará su último mes para enviar una reforma constitucional para integrar la GN a la Sedena, e instruirá a sus bancadas darle prioridad. Después, ante los intentos de la ministra presidenta Piña de negociar los tiempos para la desincorporación de la GN de la Sedena, López Obrador ordenó a sus vasallos en Palacio Nacional que “ni el teléfono le contesten”.

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