El 18 de marzo, simpatizantes de Morena marcharon junto con el presidente conmemorando la Expropiación Petrolera de Lázaro Cárdenas bajo el estandarte de la soberanía nacional y reafirmando el compromiso por el uso de los recursos naturales de México para los mexicanos… se supone.
Sin embargo, esta marcha fue un “yo puedo más que tú” contra los defensores rosados del INE y los políticos azulados que reprochan la reforma electoral de López Obrador. En febrero, la marcha en defensa del INE congregó a cien mil simpatizantes, mientras que la marcha del 18 de marzo quintuplicó el quórum. Supongo que es más fácil convocar adeptos si se les ofrece un cómodo asiento en un camión, playeras temáticas morenistas, uno que otro beneficio y un simpático AMLITO en la cajita feliz del bienestar. La marcha mostró el músculo político de Morena pero, es difícil medir ese músculo cuando cierto porcentaje de los asistentes fueron “invitados”.
En la demostración, la figura de la ministra presidenta de la Suprema Corte fue Piña-tizada y quemada en protesta a su oposición al presidente López Obrador. Julio César dijo: “divide y vencerás” y AMLO ha sabido dividir, polarizar, y encontrar un enemigo a quien culpar. La prueba de su disgusto focalizado acabó en las muestras violentas de simpatizantes de Morena contra la imagen de la ministra. Sheinbaum y hasta el mismo Obrador reprobaron estos actos, pero, eso sí, tiene la misma culpa tanto el que jala la pata como el que mata a la vaca.
México es un país con una historia tan apasionante como compleja, la identidad de nuestro país se ha ido dibujando conforme cambios políticos rotundos que construyeron la nación que hoy existe. López Obrador se autodenominó liberador de la Cuarta Transformación, su “nuevo orden” alaba a los grandes personajes que han cambiado la realidad de México, entre ellos, Lázaro Cárdenas… pero se le olvidó invitar al evento al hijo de uno de los grandes precursores de quien llevó a cabo la Expropiación Petrolera ¡upsi dupsi! Bueno, el ingeniero Cárdenas y el presidente no son muy amigos desde que el primero empezó su militancia en “México Colectivo” contra el segundo. Pero, si vas a festejar al cumpleañero, mínimo invitas al representante del festejado. Esto nos dice que la “buena” historia se escribe de acuerdo con la pluma de quien la escriba y hoy, la tinta la tiene AMLO.