Personaje de la semana: del 20 al 27 de enero del 2023
El frente de batalla de López Obrador en contra de la UNAM no es nuevo, pero durante diciembre y enero ha sido testigo de acalorados combates provocados por la acusación de plagio de la ministra Yasmín Esquivel. Tan solo la semana pasada, AMLO y el rector de la UNAM lideraron distintas ofensivas y contraofensivas.
La primera ofensiva la lanzó el titular del Ejecutivo federal, quien provocó a la UNAM declarando que el rector se estaba “lavando las manos” al no atreverse a anular el título universitario de la ministra Esquivel, ya que la UNAM reconoció que hubo plagio por parte de la ministra pero delegó a la SEP la facultad para revocar el título. La respuesta de Graue fue un mensaje público dirigido al Cuerpo Directivo de la UNAM y medios de comunicación, en la que contundentemente aclaró que la rectoría no evade su responsabilidad, pero que debe actuar conforme a derecho y a sus facultades dispuestas en el marco legal universitario. Agregó que la FES Aragón sí determinó que la tesis de la ministra es una “copia sustancial” de la presentada por Édgar Ulises Báez, aunque las autoridades universitarias seguirán analizando las pruebas y documentos que surjan para tomar las medidas idóneas.
La réplica de López Obrador: “puro choro mareador”. Ante las próximas elecciones de la rectoría -noviembre 2023-, Graue se enfrenta a un gran dilema: ¿cómo defender la calidad y reputación académica de la máxima casa de estudios, actuando dentro del marco normativo universitario y sin caer en la politiquería del Ejecutivo?