De acuerdo con la Estrategia Nacional de Seguridad Pública, el Gobierno de México entiende a la Seguridad Nacional como una condición indispensable para garantizar la integridad y la soberanía nacionales, libres de amenazas al Estado, en busca de construir una paz duradera y fructífera.
Entonces… ¿podemos considerar la salud del presidente un tema de Seguridad Nacional? En mi opinión, lo es. El conocimiento del estado físico del presidente contribuye a la estabilidad política nacional. El secretario de Gobernación de México, Adán Augusto, ocupó el lugar del presidente en las conferencias matutinas y resultó ser la única fuente de claridad sobre el estado de López Obrador… y no fue la mejor fuente.
Durante una gira laboral en el sur del país, cuentan las malas lenguas que el presidente se desvaneció por un cuadro de Covid-19 que contrajo durante el viaje. Tengan paciencia, el presidente está bien y aparecerá en unos días”, trataba de calmar el secretario, pero en sus oraciones solo crecía duda e incertidumbre entre la población. Un sospechoso tweet del presidente asegurando su bienestar levantó muchas dudas sobre la honestidad del gobierno y ocasionó mensajes de odio por parte de la ciudadanía. El gobierno nos debe transparencia porque nos concierne como ciudadanos. México no se chupa el dedo y ofende que el gobierno lo crea así.
Mientras tanto, en la Cámara de Diputados se aprobaban iniciativas como si fueran enchiladas: desaparecen mágicamente instituciones como el INSABI y la Financiera Rural, crean la Ley de Ciencia que guillotina al Conacyt y entregan la administración del Tren Maya al Ejército. La población discute sobre cómo la muerte del presidente resolvería o agravaría los males de nuestro país, pero, al unísono, el legislativo mete reversazos al país y el pueblo ni en cuenta.
¡Que no cunda el pánico! La Constitución Mexicana prevé y nos ampara de una lamentable ausencia del mandatario pero, mejor preocupémonos por la realidad en el Congreso. Sí, la poca información del gobierno sobre la salud del presidente desconcierta, pero, también hay que interesarnos por lo que pasa debajo de nuestra nariz. Como dijo Luis Rodas, “tenemos el gobierno que merecemos”.