Morena nos vuelve a sorprender. Esta semana Televisa presentó un reportaje donde se descubre a la senadora Rocío Abreu (Morena), al secretario de Educación de Campeche, Raúl Pozos y a Armando Toledo, jefe de oficina de la gobernadora Layda Sansores, recibiendo fajos de billetes en la Secretaría de Gobierno campechana. En los hechos, tres operadores políticos de la gobernadora Sansores fueron exhibidos recibiendo cash en vísperas de las elecciones de 2021.
En conferencia matutina se le preguntó al presidente sobre su posicionamiento alrededor de los videos y su respuesta fue de baja altura. Señaló que “quieren echar porquería” y minimizó el video y sus implicaciones. Es decepcionante – pero esperado – que el presidente ante estos hechos la arrope e ignore. Esto no debe pasar desapercibido para los votantes de Morena. La maquinaria política que primero se nos mostró con los videos de Carlos Ahumada y René Bejarano se volvió a replicar con Pío López Obrador y ahora con Rocío Abreu, Raúl Pozos y Armando Toledo. Así operó el PRD y así opera MORENA, en cash.
Lo más decepcionante de todo es que a la fecha ninguno de los implicados ha renunciado a ninguno de sus cargos, lo que por dignidad deberían realizar. Por su parte, MC y Xochitl Gálvez (senadora del PAN) ya presentaron denuncias sobre los hechos ante la fiscalía especializada. Lo que es increíble es la indiferencia de la opinión pública ante los hechos. Ni cuando salieron los videos de los hermanos del presidente recibiendo dinero, ni en esta ocasión cambió la popularidad del presidente. Esto debe hacernos una pregunta ¿es acaso la corrupción un valor de la sociedad mexicana? o por qué no se rechaza. El pueblo tiene el gobierno que merece.