El caso de Genero García Luna, el súper secretario de Felipe Calderón, siempre le ha servido al gobierno como bandera de lucha contra la corrupción. El presidente López Obrador, junto con Fernández Noroña, ha sido uno de los más fuertes críticos de la administración de Calderón. Desde entonces, el hoy presidente se dedicó a señalar los aparentes vínculos del gobierno con los grupos criminales. Finalmente, García Luna ya se encuentra en Estados Unidos y la Fiscalía General de la República ya se encuentra en búsqueda de sus hermanos y esposa.
No obstante esta cacería de brujas – que bien merecida se la tiene el “súper secretario” de Calderón – no deja de ser una distracción para el problema de fondo. Pues el presente gobierno tampoco ha podido disminuir el problema de inseguridad en el país. Recientemente, el INEGI reveló que el 62% de la población que vive en las 75 ciudades más relevantes del país consideró que es inseguro vivir en su ciudad. En adición, AC Consultores menciona que el 81% del territorio nacional, 1.6 millones de kilómetros cuadrados, están controlados por el crimen organizado.
Es importante mencionar que todo delito debe ser castigado, sin importar en qué administración se haya cometido. Lo que “sí cala” – como diría el presidente – es que en el fondo, la política de seguridad actual tiene todo el adn calderonista. AMLO, sin darse cuenta, se fue vistiendo poco a poco de verde. El fortalecimiento del Ejército, la creación de la Guardia Nacional, incluso las mismas técnicas de espionaje, son de corte calderonista. Qué decepcionante ha de ser para los votantes de la cuarta transformación, que en el fondo volvieron a votar por Calderón.
Tampoco hay que ser miserables con el presidente. Probablemente la estrategia calderonista era la única alternativa factible, considerando la cruda realidad del país. Porque, con la personalidad de López Obrador, debió ser muy difícil admitir que lo que hizo Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón estuvo bien. No obstante lo anterior, esta administración ya será recordada como la más violenta de la historia de México, con más de 150 mil homicidios en mayo de 2023.
No toda la culpa la tiene la cuarta transformación; no hay que ser tan duros. La oposición también tiene vela en este triste entierro. Llevamos 18 años con la misma estrategia que comenzó el PAN y siguió el PRI. A la fecha, el único que ofrece un verdadero cambio de estrategia es Marcelo Ebrard con su plan ángel. Pareciera que, a situaciones extraordinarias, soluciones extraordinarias.