“¡Porque lo digo yo y en mi casa se hace lo que yo digo!” es un argumento que las madres mexicanas utilizan para corregir a sus hijos cuando cuestionan sus ideas, decisiones y principios. Podríamos decir que es una política familiar que Dante Delgado ha decidido aplicar en su partido. La carrera por la silla presidencial ha comenzado y tenemos tres grupos que comenzaron a contender. Primero, están los morenistas, los hijos del cambio que se pelean por el favor del Padre de la Transformación. Después, tenemos a los demás en el Frente Amplio, el “et. al” de la política mexicana; a los revolucionarios, tanto institucionales como democráticos, y a los del acción nacional.
Tenemos un grupo más: Movimiento Ciudadano que dice que mejor solo que mal acompañado. El Frente Amplio albergó a los que no están con AMLO y su movimiento, pero Movimiento Ciudadano negó subirse al barco por sus principios democráticos y el deseo de hacer de México un país mejor, no peor. Pero, el gobernador Enrique Alfaro acusa a Delgado de segregarse del Frente Amplio en un acto de autoritarismo del dirigente partidista.
Como Doña Florinda a Quico, Delgado le suplicó que no se juntara con esa chusma, pero Alfaro, como adolescente en su primera experiencia de amor, salió caminando románticamente con Xóchitl Gálvez entre jardines tapatíos. Delgado sigue negándose a unirse con el “Frente opositor, impresentable y condenado al fracaso”, los tacha de ser el cancro que ha torturado y mermado a México en el pasado. Sin embargo, ¿se le olvida entonces su gripa del 2018 y su amistad tanto con el PRD como con el PAN?
Alfaro amenaza con empezar a mover sus grupos políticos en Jalisco separando y fracturando al partido de sus otros dos bastiones en Nuevo León y Campeche. Considero que es importante que los políticos tengan una ideología para conducir sus decisiones políticas, de lo contrario es difícil darles a los votantes una opción de representación. Sin embargo, si Dante sigue aplicando su política de “porque esta es mi casa y lo digo yo”, puede que se quede sin fuerzas y manos para sostener su hogar rumbo al 2024. La política es cuestión de negociar y un solo “no” no es negociar.