Elon Musk ha expresado sus deseos de invertir en México. Sin embargo, la localización de la nueva armadora de autos Tesla aún está por verse. El Gobierno federal contemplaba que esta inversión se localizara en Nuevo León, sin embargo, el presidente López Obrador ha sugerido mover la inversión al sur de México.
Tesla posee sus oficinas centrales en Austin, Texas, y Nuevo León parecería el mejor lugar para invertir debido a la cercanía con el mercado y la tecnología estadounidense. No obstante, las condiciones hídricas en dicho Estado presentan un problema de producción para Tesla.
La secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, ha emprendido la odisea de convencer a los inversionistas estadounidenses de reubicar las operaciones de Tesla al Istmo de Tehuantepec. Buenrostro ha afirmado que el Istmo es ideal no solo por la disponibilidad de agua y de gas natural licuado, sino también por la conectividad que ofrece debido al nuevo Corredor Interoceánico y la extensión de redes ferroviarias en México.
Esta inversión se contextualiza en dos puntos importantes: la nacionalización de la minería y la extracción del litio y la realidad internacional. En primer lugar, en el 2022, el gobierno federal dispuso que la empresa estatal “LitioMx” tendría los derechos exclusivos de explotar el litio. Este mineral ha revolucionado la industria automotriz ya que es usado para la producción de baterías. Por lo que, entonces, resulta natural el interés de Tesla en México.
En segundo lugar, la realidad global ha empujado a los inversionistas internacionales a buscar nuevas fuentes de materias primas y métodos de operación. Por un lado, la guerra ruso-ucraniana ha desestabilizado a los mercados internacionales y, por otro lado, la economía global necesita un rápido saneamiento después de los estragos que la pandemia del Covid-19 dejó.
México debe obrar de manera rápida y negociar inteligentemente la inversión con Tesla. Si las empresas estadounidenses acceden a reubicar sus operaciones en la región centro y sur del país, se podría mostrar a la comunidad internacional que México puede sustentar inversiones extranjeras. López Obrador ha abogado y actuado por la nacionalización de los recursos naturales y esto generó desconfianza en el capital extranjero. Tesla es el boleto para mostrar que México puede negociar, poner límites y crecer económicamente aún con la influencia capital internacional en su territorio.