Pan y justicia para Cuba

En las últimas horas, el pueblo cubano ha decidido levantarse y protestar en contra del régimen. La sociedad exige al menos 4 derechos al gobierno cubano liderado por Miguel Díaz Canel: alimentos, energía, internet y salud. En medio de una crisis sanitaria causada por el coronavirus, la escasez de alimentos básicos, los cortes de electricidad derivados de la disminución del suministro de crudo venozolano y la usual represión estatal en contra de las expresiones de disidencia e inconformidad, la sociedad cubana decidió exigir al gobierno socialista “pan y libertad”.

No ha sido fácil para el régimen continuar con la legitimidad gubernamental conquistada, y arraigada a la fuerza, por Fidel Castro en la década de los 60. Fuertes desbalances tuvo que enfrentar el gobierno de Castro en su mandato, desde las intervenciones estadounidenses, la crisis de los misiles, la caída de la Unión Soviética y hasta la entrada de Nicolás Maduro al frente de Venezuela. Con mano dura y con la promesa de la revolución, Fidel aseguró la gobernabilidad en la isla.

No obstante, desde que Fidel Castro salió del epicentro del poder en 2006 y delegó el gobierno a su hermano Raúl Castro, los pilares ideológicos de la revolución cubana – instaurados por Castro, Ernesto Guevara y Cienfuegos – perdieron solidez. A Raúl Castro le ha tocado gobernar una Cuba distinta, más educada y más informada, condición que le ha acumulado problemas mayores a la vez que la sociedad cubana se hace más dueña de sí.

Deshielo Cubano

Además de las dificultades internas no ceden las externas. Algunos politólogos sostienen que la historia del mundo terminó con la caída del muro de Berlín en 1989, ya lo aseguraba Francis Fukuyama. El fin del comunismo soviético no fue más que el término de un capítulo de esta ideología que aún persiste en el mundo. Lo cierto es que Cuba, desde el fin de la Unión Soviética, sí logró acercarse más con Estados Unidos, prueba de ello son las acciones diplomáticas que han desarrollado ambas naciones. Una de las más importantes fue el acercamiento de Barack Obama y Raúl Castro, conocido como el Deshielo Cubano.

La distensión diplomática entre Estados Unidos y Cuba, aunque positiva para la simbiosis cubano-estadounidense, no representó un cambio significativo en materia comercial, pues el bloqueo impuesto por nuestro país vecino persistió. Este deshielo ayudó a la construcción social y a su empoderamiento. El gobierno cubano, sin perder su filosofía comunista, empezó a apostar por un desarrollo económico más orientado al turismo y a la atracción de divisas. Por su parte, la sociedad empezó a comunicarse más con sus connacionales en Estados Unidos y enterarse de lo que pasaba en el mundo gracias al internet.

Los últimos golpes

Cuba impaciente por exponer al mundo lo que pasaba en su país, empezó a difundir información en redes sociales sobre las condiciones en las que vivían sus habitantes. Descontento y malestar fue lo que llevó al parlamento cubano a provocar la discusión de una nueva constitución política en 2019. En menos de dos meses se promulgó y publicó el nuevo texto constitucional, que si bien avanzaba en derechos humanos, los derechos políticos se limitaban de la misma forma que la constitución anterior. Se limitó el ejercicio de la libertad de expresión únicamente a favor del partido comunista, el documento no prohibió la pena de muerte; sanción plenamente facultada para castigar a los disidentes políticos del régimen. Finalmente, el texto constitucional define a Cuba como democrática de iure, pero de facto no es así.

Además de lo anterior, Raúl Castro dejó el poder por razones de salud y vejez dejando en su lugar a Miguel Díaz-Canel; miembro electo por el poder legislativo de la isla. Se han configurado muchas hipótesis para debilitar al actual régimen socialista. Por primera vez, en más de 60 años, alguien sin el apellido Castro asume el poder político del gobierno cubano, debilitándose así la legitimidad del régimen. 

La crisis que podría tirar el régimen

La crisis sanitaria causada por el coronavirus puso de nueva cuenta en jaque al gobierno de Díaz-Canel. Una frecuencia de cerca de 3 mil muertos diarios por COVID-19, la condición insalubre de muchos hospitales, la escasez de medicamentos para combatir la enfermedad, así como los múltiples cortes eléctricos causados por la insuficiencia petrolera, han provocado que hoy el pueblo cubano se alce y exija a su gobierno ¡Libertad!.

Varios estudios han encontrado que existe una fuerte relación entre el hambre y las revoluciones. Se sabe que ante aumentos de los precios y escasez de los alimentos, la probabilidad de encontrar revueltas y revoluciones en la sociedad es muy alta. Cuba parece sufrir de varios problemas, el hambre es uno de ellos. Las condiciones para que un nuevo cambio social exista están sobre la mesa. Estados Unidos ya se pronunció, reprobará todo acto de represión y violencia en contra del pueblo cubano. México ya ofreció medicinas y alimentos para apaciguar las protestas sociales. Ahora, todo queda en manos de las y los cubanos.

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